Preguntas Frquentes Sobre Anulaciones
¿Qué es una declaración de invalidez?
Nuestra Iglesia enseña que una vez que una pareja bautizada está realmente casada, el "vínculo" de esta unión dura hasta que uno de ellos muere. Aun después de un divorcio civil, no se les considera libres para volverse a casar mientras el otro sigue vivo. Sin embargo, también afirmamos que varias cosas pueden causar que un matrimonio aparentemente válido no sea en realidad válido. Cuando una unión ha sido rota irremediablemente, nosotros, a petición de cualquier de ellas, investigamos para averiguar si existió alguna falla desde el principio del matrimonio, aunque nadie lo haya sospechado en ese momento. Si dicha falla realmente existió, nosotros declaramos ese hecho y la Iglesia deja de suponer que ambas partes están vinculadas por esa unión.
¿Qué es lo que hace válido o inválido un matrimonio?
Nosotros creemos que, para que exista un matrimonio válido, ambas partes deben haber optado libre y deliberadamente por la autenticidad del matrimonio y básicamente deben ser capaces de vivir ese compromiso el uno con el otro. Por lo tanto, investigamos el proceso que los llevó a tomar la decisión de casarse, si comprendieron lo que esto significaba y su capacidad para enfrentar dicho compromiso.
¿Son públicos los procesos de anulación?
No de la misma manera que un caso de divorcio o cualquier otro procedimiento en un tribunal civil son. Todo el personal del tribunal diocesano ha sido asignado por el Obispo y está sujeto estrictamente a la confidencialidad. Ninguna otra persona aparte de los cónyuges mismos (y sus defensores, si desean tener representación) pueden saber que pruebas han sido presentadas. La llamada "publicación del proceso" es simplemente una última invitación para que las personas entreguen más pruebas, si es que existen, antes de que se tome una decisión. Las actas del caso no son publicadas en ningún lugar.
¿Por qué tiene que estar involucrado el ex cónyuge?
Principalmente porque también éste es parte del matrimonio. La ley de la iglesia insiste que por lo menos deben ser notificados (al menos que no se hayan podido localizar) y que se les invite a que den testimonio del matrimonio y sus problemas y que sugieran otros testigos, si lo desea. Aunque tienen el derecho de oponerse a la anulación, esto no sucede frecuentemente; aun cuando el divorcio haya sido difícil, sus testimonios normalmente ayudan y no perjudican el caso. Ambas partes siempre deben recordar que no estamos interesados en culpar a alguien sino en discernir si en realidad existió un vínculo verdadero.
¿Por qué la Iglesia investiga un matrimonio entre dos no católicos?
Mientras dichos matrimonios no nos conciernen directamente, no creemos que los católicos son las únicas personas cuyos matrimonios son sagrados e inviolables. Por lo tanto, si un católico desea casarse con un no católico divorciado, es necesario averiguar si la parte no católica es libre para casarse. En dicho caso, esa persona debe ser la que haga la petición para la anulación; sólo la parte que estuvo casada puede pedir la anulación de su previo matrimonio. Una tercera persona no puede hacer la petición.
¿Qué efectos tiene la declaración de invalidez?
En la ley civil, no tiene ningún efecto. Todos los asuntos con respecto a la custodia y sustento de los niños, acuerdos sobre propiedad, pensión alimenticia, etc., fueron determinados por el tribunal de divorcio y no son afectados. Aun ante los ojos de la Iglesia, dicha decisión no niega cualquier realidad humana que estuvo presente, y ciertamente no cuestiona las intenciones de buena fe de los cónyuges (excepto en esos raros casos en los que éste es el motivo por la anulación). En ningún caso afecta el estado de los niños; ellos siempre serán legítimos en la ley de la Iglesia. El efecto principal es que ambas partes, estando libres de ese vínculo, pueden volverse a casar por la Iglesia si lo desea. (Claro que hay algunas veces en las que existen otros obstáculos, la naturaleza de problemas anteriores pueden provocar una precaución especial al intentar casarse de nuevo).
¿Para qué remover esos recuerdos dolorosos?
Sabemos que un matrimonio roto siempre deja mucho dolor y es difícil el recordar. Sin embargo, muchas personas que han experimentado con el proceso del tribunal reportan que les ha ayudado a enterrar el pasado y a enfrentarse al futuro con una nueva comprensión y con un sentido de alivio. Pedimos a Dios que si usted participa en un proceso del tribunal, ésta será una experiencia sanadora para usted también.
¿Es caro?
En realidad no, comparado con un divorcio civil. A la diócesis la cuesta aproximadamente $1,000 por caso, pero a los peticionarios se les pide que sólo contribuyan $200, pagando $100 cuando se presenta el caso y el resto dentro de seis meses.